Orgullo y desigualdad
Por: Gatitos Contra la Desigualdad
Nuestra Gatita Queer investigó sobre las desventajas y estigmas que afectan más a sus compañeres LGBTTTIQ+. Presentamos algunos resultados.
¡Miau! La vida de una persona cisgénero (cuando su sexo asignado al nacer está alineado a su identidad de género) y heterosexual puede tener el privilegio de estar exenta de muchos obstáculos sin incluso saberlo. Es por eso que nos parece imprescindible que en el marco del Día Internacional del Orgullo, les contemos sobre las circunstancias de desigualdad e injusticia que tienen que enfrentar las personas LGBTTTIQ+ a lo largo de su vida.
Hace más de 50 años comenzaron a organizarse colectivos para manifestar y exigir el respeto y garantía de los derechos de las personas no heterosexuales y/o con una identidad de género distinta a la asignada al nacer. Si bien desde ese momento la sociedad ha cambiado mucho y presentado avances inimaginables, aún mantiene vigentes muchos prejuicios y estigmas hacia las personas LGBTTTIQ+. Datos de la ENADIS-20171, revelan que 64% de las personas entrevistadas no aceptan que dos personas del mismo sexo vivan juntas como pareja. Esto puede parecer obsoleto en pleno año 2020, pero es una realidad.
Muchas familias mexicanas le dan la espalda a sus familiares. Un simple ejemplo: 60% de los padres de personas LGBTTTIQ+ no apoyaron totalmente cuando éstas les informaron sobre su orientación sexual, según datos de la ENDOSIG-20182, levantada por CONAPRED y CNDH.
Para muchas de nosotras, la adolescencia fue una etapa abrumadora en la que más de una vez fuimos el blanco de burlas o discriminación. Para las, los y les adolescentes LGBTTTIQ+ estos espacios son un campo minado, es por esto que 87.5% de las personas deciden ocultar su orientación sexual o identidad de género durante su adolescencia3. Y esto no es en vano, ya que el 89% mencionaron haber recibido burlas y 26% dice haber sufrido algún tipo de agresión física por su orientación sexual o identidad de género.
Sumado a esta discriminación en el ámbito escolar, lo resultados de nivel educativo alcanzado muestran una acentuada desigualdad, pues la probabilidad de que las mujeres trans* tengan estudios universitarios es solo un tercio respecto de los hombres cis4.
Pero aún el haber tenido un título universitario no exenta a las mujeres trans* de la discriminación y violencia. Hace unos días nos enteramos del transfeminicidio de la doctora María Elizabeth Montaño, mujer trans*,quien era jefa de área de calidad educativa de la Coordinación de Educación en Salud del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, activista, querida y admirada por muches. Una noticia que pone en el reflector la enorme discriminación que viven las personas trans* en el país. Es tal la desigualdad e injusticia que las oprime, que México ocupa el segundo lugar en Latinoamérica con mayor número de transfeminicidios.
Hay muchas personas que, a pesar de estos acontecimientos, siguen reproduciendo conductas estigmatizantes. Por ejemplo, 41% de los hombres entrevistados en la ENADIS, mencionaron que no rentarían un cuarto de su vivienda a una persona trans*. Lo anterior es solo un indicativo más de la intolerancia que existe en el país, perpetuando prácticas de exclusión y actos de odio que se tienen que combatir desde las políticas públicas.
Las personas trans* son anuladas e invisibilizadas por la sociedad y el Estado en el momento en que deciden compartir con el mundo su identidad de género. En México, sólo 10 de las 32 entidades federativas pueden otorgar un acta de nacimiento para personas trans* mayores de 18 años. Las infancias trans* (1.2% de los niños, niñas y adolescentes a nivel nacional según la Consulta Infantil y Juvenil 2018, levantada por el INE) no existen ante la ley en nuestro país, ya que para acceder a un acta de nacimiento correspondiente a su identidad de género necesitan atravesar un juicio extenuante y costoso que vulnera sus derechos.
En cuanto a la salud, ser mujer trans* aumenta 70% el riesgo de no contar con algún tipo de atención médica respecto al promedio de la población, de acuerdo con el Diagnóstico nacional sobre la discriminación hacia personas LGBTI en México, no cuenta con ningún tipo de atención médica. Según este reporte, la información que brinda el personal médico sobre enfermedades de transmisión sexual relacionada a las personas LGBTTTIQ+, reflejan la falta de capacitación y sensibilización del personal médico, así como prejuicios respecto de la orientación sexual de las personas y su asociación con enfermedades como el VIH.
Pero, ¡Animo! No todo está tan mal, pues al menos ya es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo en 9 de las 32 entidades federativas del país. Nos parece irrazonable que aún hoy en día los gobiernos de todos los partidos políticos en el país sigan poniendo trabas legales para que las personas tengan acceso a este acto jurídico, cuando lo buscan es disfrutar y hacer válidos sus derechos.
¿Cómo podemos romper con prejuicios y estigmas que discriminan a las personas no binarias, trans y no heterosexuales? Desde Gatitos Contra la Desigualdad creemos que la educación es un paso importante. Es por eso que, iniciativas retrógradas y obsoletas como el pin parental, una propuesta que limitaría a los centros educativos a realizar cualquier actividad de enseñanza sin el consentimiento de los padres, resultan un retroceso en la defensa de los derechos humanos.
Necesitamos una sociedad que no reproduzca la desigualdad desde sus imaginarios y prácticas sociales, en la que se eduque a las niñas, niños y adolescentes sobre la diversidad de género y una educación incluyente en la que se identifique a todas las personas como iguales merecedoras de respeto y derechos. Pero la educación no lo es todo, son necesarias políticas públicas que incluyan a la comunidad LGBTTTIQ+ y sus necesidades.
Existen muchos movimientos y muchas banderas con las que nos podemos identificar o no, pero es imperativo que todas las personas nos unamos para acabar con la discriminación y los estigmas, y luchemos en conjunto porque se respeten los derechos de todas las personas, independientemente de su identidad de género y orientación sexual. Si realmente queremos luchar contra la desigualdad en la sociedad, no podemos dejar atrás esta batalla.
1 La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017 se puede consultar acá.
2 Pueden encontrar aquí los datos de la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (ENDOSIG), 2018.
3 Nuevamente, de acuerdo con la ENDOSIG-2018.
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