Profesionales del arte y el frenesí de la digitalización

Publicado: 6 agosto 2020 a las 2:00 pm

Categorías: Arte y Cultura / Museos

Por Elli Leventaki 

En estos tiempos tan difíciles ha sido una grata sorpresa ver cómo se mantenían activos los museos, las instituciones, los festivales y todo tipo de espacios artísticos, cómo encontraban alternativas para mostrar, promocionar y compartir contenido a través de las herramientas digitales. Sin embargo, en medio de esta demanda generalizada de acceso remoto al arte, muchas instituciones culturales se vieron de golpe obligadas a acelerar sus procedimientos de digitalización o a idear soluciones imaginativas a través de internet, con la esperanza de no quedarse atrás y mantener el interés del público.

Quizás el ejemplo más característico fue el reto del Museo Getty, que se volvió viral. El reto consistía en invitar a la gente a recrear en su casa obras de arte famosas, una práctica que, desde entonces, han adoptado muchos museos de todo el mundo (Barnes 2020). Además de utilizar sus redes sociales, los centros de arte también ofrecieron visitas virtuales o actualizaron sus canales de YouTube con videos nuevos. Un ejemplo fue el canal de la Fundación Onassis, en Grecia, que siguió subiendo contenido nuevo durante la cuarentena.

IMPACTO DE LA DIGITALIZACIÓN EN LOS PROFESIONALES DEL ARTE DE TODO EL MUNDO

Aunque no hay duda de que estos avances han sido muy necesarios y valiosos para el futuro del sector del arte, y que han supuesto una actualización del sector que, de otra manera, se habría tardado mucho más tiempo en alcanzar, es importante también interpretarlos en un contexto laboral. El actual frenesí de la digitalización ya está afectando a los profesionales del sector del arte de todo el mundo, que sienten la presión de tener que desarrollar recursos digitales en tiempo récord, o de aprender otras competencias profesionales para poder hacer frente a una demanda cada vez mayor.

Por otra parte, numerosos colegas están perdiendo su empleo, ya que, incluso las instituciones más grandes, como el MoMA de Nueva York, tienen dificultades para asegurar sus fuentes de financiación y garantizar la sostenibilidad (Selvin 2020). En cuanto a la situación en Europa, según un estudio reciente de la Red de Organizaciones de Museos Europeos (NEMO), la mayoría (73%) de los museos afirmaban tener que disminuir los costes de personal para reducir gastos.

EL CASO GRIEGO

En Grecia concretamente, el sector cultural ya está sufriendo un golpe muy duro, vinculado también a la reducción del turismo. La propia existencia de muchos centros y galerías de arte, e incluso de los museos pequeños, está actualmente en juego, pues hay dudas de si algunos serán capaces de reabrir después del confinamiento. Mientras tanto, los profesionales griegos del mundo del arte están reivindicando sus derechos laborales a través de redes recién creadas, como Support Art Workers y Cultural Workers Alliance Greece, para exigir al estado medidas compensatorias por la pérdida de su empleo. Los grupos están organizados por la propia comunidad artística con el objetivo de reclamar sus derechos de manera colectiva. La mayoría de ellos han visto cómo se cancelaban, uno tras otro, todos sus próximos proyectos. Algunos han estado trabajando desde casa sin saber si, una vez que esto pase, cambiará su estatus laboral o si los próximos encargos van a ser puramente digitales.

Sin perder de vista el objetivo de conseguir llegar al público, esta tendencia hacia una hiperdigitalización está aumentando la precariedad de las condiciones laborales de los trabajadores del sector del arte de todo el mundo, y está claro que, a largo plazo, afectará a la naturaleza de la mayoría de los servicios que se ofrezcan.

La profesora M. Scaltsa, aclamada historiadora de arte y museóloga, señaló recientemente que los programas digitales de cultura dedican un 90% a la digitalización y solo un 10% a la esencia de lo que se transmite digitalmente (Scaltsa 2020), lo cual presagia un futuro ominoso para todos los profesionales de las artes y las humanidades. Por ello, si la percepción de la cultura se limita a sus reproducciones digitales, habrá una serie de grupos profesiones, como los educadores, investigadores, conservadores y facilitadores, que se enfrentarán, inevitablemente, a la extinción, lo cual irá en detrimento de la calidad de la producción cultural.

Por lo tanto, si bien apreciamos el valor del contenido digital, defendamos también un equilibrio entre el volumen de los procedimientos de digitalización en el ámbito artístico y los empleos del sector necesarios para la implementación de dichos procedimientos, pues crear y transmitir arte requiere mucho más esfuerzo y compromiso que lo que se refleja en un único activo digital o en una pieza de información transmitida a través de internet.

REFERENCIAS Y RECURSOS

Barnes, S. 2020. ‘People Recreate Works of Art With Objects Found at Home During Self-Quarantine’ My Modern Met.

Scaltsa, M. 2020. ‘Globalization, Museology and Culture’ Avgi.

Selvin, C. 2020. ‘MoMA Slashes Budget, Reduces Staff Ahead of Reopening: Report’ ARTnews.

Página de Instagram del Museo Getty

Estudio NEMO

Canal de la Fundación Onassis

Más información sobre la demostración de protesta del grupo Support Art Workers en Atenas (Grecia) el 7 de mayo.

Página principal de la iniciativa Support Art Workers en Facebook

Grupo Cultural Workers Alliance Greece en Facebook

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