Publicado: 25 octubre 2020 a las 8:00 pm
Categorías: Artículos
Desde UNIR analizamos el perfil del mediador intercultural, sus competencias y funciones, así como la formación necesaria para ejercer esta profesión.
Actualmente, las aulas de los centros escolares presentan cada vez mayor diversidad cultural entre los alumnos, lo que puede ocasionar algunos conflictos con motivo de las diferencias entre unos y otros. Sin embargo, este contexto multicultural no debe verse como un problema, sino como una oportunidad. El mediador cultural es una figura que se está incorporando a los centros escolares para impulsar la resolución de conflictos a través del diálogo y los acuerdos.
La mediación intercultural es aquella técnica que tiene como objeto contribuir a potenciar los recursos, tanto personales como sociales, de los que dispone una comunidad educativa y así evitar o reducir aquellas situaciones que puedan generar conflicto o malestar entre los miembros por causa de estas diferencias culturales.
El mediador debe ayudar a los diferentes sectores de la comunidad educativa para conseguir que ambas partes se conozcan mejor, ya que esto facilita la participación y, por consiguiente, mejores resultados académicos. Por otro lado, también ha de colaborar en el consenso de las normas para conseguir una convivencia pacífica en los centros escolares.
La mediación intercultural presenta las siguientes características:
Estas características son las que facilitan y permiten conseguir los objetivos de la mediación intercultural, entre los que destacan:
El perfil de mediador intercultural es polivalente y adaptable. El acceso a esta formación específica puede hacerse desde diferentes disciplinas, como el Derecho, el Trabajo Social, la Educación Social o la Psicología. Después de concluir el grado en alguna de estas titulaciones es posible llevar a cabo la especialización en dicho campo a través del Máster en Educación Inclusiva e Intercultural que ofrece, por ejemplo, la facultad de Educación de UNIR.
La figura del mediador se encuentra en diferentes esferas: en el sector jurídico, en Servicios Sociales o en los centros escolares. Por esto, una vez concluido el máster, cabe la posibilidad de cursar una formación más específica para conocer a fondo las características y circunstancias del área en el que se va a trabajar. Desde el ámbito educativo, cada Comunidad Autónoma tiene la potestad para implantar esta figura en los centros escolares.
Además de la formación, un mediador intercultural deberá poseer las siguientes cualidades:
En el ámbito educativo el mediador intercultural —ya sea desde el Departamento de Orientación, junto con los equipos directivos o con el profesorado— realizará, entre otras, las siguientes funciones:
El mediador intercultural supone una figura de apoyo en la comunidad educativa que permite alcanzar una mejor convivencia, lo que puede desembocar en mejores resultados académicos, fomento de las habilidades sociales y nuevos valores que enriquecerán a todo el alumnado.
Fuente:
https://www.unir.net/educacion/revista/mediador-intercultural/
Deja un comentario