La educación propicia el desarrollo humano, factor estratégico para el progreso, con equidad en el acceso a la formación y establece condiciones que permiten el aprovechamiento pleno, con una visión de crecimiento sostenible para que las generaciones futuras de nuestro país, se aliente la participación responsable de todos.
La educación ofrece una formación de personas que sean en los diferentes ámbitos de la vida social participantes, además se orienta a estimular la productividad y creatividad en el desempeño del conjunto de la actividad humana. Las escuelas, son lo más importante del sistema educativo pues ahí confluyen alumnos, maestros y directores que comparten la responsabilidad cotidiana de la enseñanza y el aprendizaje.
Los resultados del trabajo educativo son tangibles, ahora, un mayor número de escuelas están funcionan con un inventario de recursos apropiados según su tipo o modalidad que les permite ofrecer mejores servicios: maestros mejor preparados y capacitados, infraestructura adecuada básica, equipos actualizados con mobiliarios suficientes y auxiliares didácticos variados.
La calidad es un trayecto continúo en la búsqueda del mejoramiento, que requiere actualmente una paciencia y esfuerzo constante a través de trabajo en equipo que sume la experiencia de los integrantes de la comunidad educativa, por ello, se ha consolidado una cultura de la planeación estratégica a través de la labor magisterial que analiza y discute sobre lo educativo, permitiendo establecer de manera conjunta mecanismos para solucionar asuntos que surgen de los diversos ordenes de la organización escolar.
En nuestro país la educación no puede estar desvinculada de las necesidades e intereses de los alumnos; ha de ser pertinente a sus condiciones con aspiraciones, servir al mantenimiento y superación de la sociedad en general.
Aunado a lo anterior, se ofrecen respuestas a través de modalidades con numerosas acciones formativas comunitarias, que contienen intervenciones educativas hechas con base en experiencias significativas y modelos de la función educadora que se traducen en procesos de aprendizaje que hacen surgir convicciones, actitudes y comportamientos positivos en los estudiantes.
Se busca el fortalecimiento de la participación social, se fomenta una vinculación más estrecha de las escuelas con los padres de familia y la comunidad; se impulsa una cultura de participación, respeto y responsabilidad en torno a la vida escolar.
La paciencia y los esfuerzos educativos, se proporcionan oportunamente en forma pertinente para que en base al proyecto escolar se imparta una mejor educación a los alumnos al tiempo que se evite la reprobación y la deserción en tiempos de pandemia.
*Doctor en Educación.
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