Brevísima destrucción de la educación

Publicado: 17 diciembre 2021 a las 8:00 pm

Categorías: Artículos

Por Maria Cristina Gomez

En un país donde más del 50% de los jóvenes no termina la secundaria y donde el 70% vive sumido en la pobreza, las resoluciones del Consejo Federal sólo han agudizado el problema, en lugar de mitigar el daño y recuperar aprendizajes.

En nuestro país la política cerró las escuelas durante un año y medio y la coartada sanitaria pretendió esconder los problemas que teníamos antes de 2020. En un país donde más del 50% de los jóvenes no termina la secundaria y donde el 70% vive sumido en la pobreza, las resoluciones del Consejo Federal sólo han agudizado el problema, en lugar de mitigar el daño y recuperar aprendizajes.

Legislar para el fracaso

El fin del ciclo 2020 se trasladó a abril de 2021. La llamada Unidad Pedagógica consagró la evaluación formativa y el término trayectoria fue el mantra que repitieron hasta el cansancio haciendo foco sólo en la “continuidad pedagógica”, en detrimento de la calidad de los aprendizajes.

Antes de dar inicio al nuevo período escolar, nuestros vecinos de Chile, Perú y México hicieron evaluaciones diagnósticas (febrero de 2021), cuyos resultados fueron publicados a pesar de la crudeza de sus resultados, en un ejemplo de transparencia y respeto por la ciudadanía. Nada de eso pasó en Argentina.

A mediados de año, se volvió a la presencialidad más o menos masiva y la provincia de Santa Fe emitió la Resolución 223/20 (06/05/2021), que estableció un Régimen Extraordinario para el cumplimiento de la evaluación de áreas y de espacios curriculares pendientes en 2020 en el nivel secundario en los establecimientos educativos de gestión estatal y privada.

Esto implicó que los estudiantes que estaban repitiendo curso, pudieran pasar de año entregando un trabajo práctico de 2 espacios curriculares a elección, de entre los 4 que adeudaban. Pasaron al curso siguiente sin haber aprobado el primero y sin haber cursado la mitad de aquél al que habían sido promovidos. El mensaje fue claro: “Repetiste con 4 materias, pero pasás con un ‘trabajito’ eligiendo sólo 2“. ¿Es esto “justicia educativa”?

Casi en paralelo, en julio, el Consejo Federal publicó la Resolución 397/21, por la cual resolvió establecer criterios para la organización pedagógica y administrativa de la unidad temporal de los ciclos 2020-2021 de lo que denomina trayectorias escolares reales. Las clasificó en TS (trayectoria sostenida 70% de participación); TI (trayectoria intermitente 25 al 70% ) y TBI (trayectoria de baja intensidad, menos del 25% de participación).

Epílogo

Está claro que tanto a nivel nacional como provincial, la improvisación ha sido el común denominador. Las resoluciones, lejos de marcar una hoja de ruta, llevan a la confusión tanto desde el contenido, como de la forma, con un lenguaje que confunde hasta a los propios.

Lo que no se evalúa no se puede mejorar y la clasificación de las trayectorias modificó de hecho todo el sistema de evaluación y acreditación. Con señales claras para los estudiantes, en términos de desalentar el esfuerzo y el aprendizaje. A mayor nivel de desaprobación mejores condiciones de promoción. Cuanto más tiempo permanece el estudiante en situación de desaprobado, menos contenidos deberá estudiar para promocionar. Por otra parte, el agrupamiento de los contenidos en áreas, facilita la promoción de los desaprobados crónicos.

Estamos frente a la incompetencia o negligencia? ¿Cómo se insertarán estos jóvenes en el mundo adulto, sin los conocimientos básicos para gestionar su propia vida?

Hoy levantamos la voz porque no podemos contemplar pasivamente el daño que están sufriendo los más vulnerables, los que no tendrán una segunda oportunidad de acceder a una educación que les permita romper la marginalidad y la pobreza, a través de trabajo y el acceso a la universidad.

Fuente:

https://www.infobae.com/opinion/2021/12/15/brevisima-destruccion-de-la-educacion/