Una propuesta para atenuar el impacto de la pandemia en aprendizajes
Por Sebastián Guevara Cota, Salomé Aguilar Llanes y Bernardo García Bulle Bueno
Desde el inicio de la pandemia, México tuvo uno de los cierres escolares más largos del mundo: las escuelas permanecieron cerradas más de 17 meses, e incluso algunas siguen inactivas. El tiempo de clase se redujo dramáticamente para la mayoría de las niñas y los niños a menos de tres horas de clase a la semana. Parece que esto se debe, principalmente, a la falta de infraestructura disponible en los hogares. Es muy difícil para el personal docente encontrar un momento en la semana donde todos los estudiantes tengan conectividad, por lo que el aprendizaje ha recaído en gran parte en un incremento en tareas. Esta falta de conectividad ha aumentado las desigualdades en el aprendizaje fundamental según el género y el nivel socioeconómico. Investigadores mexicanos encontraron que la pandemia aumentó considerablemente el número de estudiantes que no saben leer, sumar, ni restar. De igual manera, el cierre de las escuelas implicó la pérdida de la interacción humana, afectando el bienestar socioemocional de la comunidad escolar: niñas, niños, adolescentes, directivos, docentes, personal de apoyo, madres y padres de familia. Esto ha incidido en el aumento de alteraciones como ansiedad, dolor, ira, soledad y violencia, ha afectado el rendimiento académico e impactado tanto el abandono escolar como las habilidades de lenguaje, comunicación, matemáticas e interpersonales. Nos encontramos, sin lugar a duda, en una emergencia educativa.
Gráfica 1. Pérdida de aprendizaje en lectura
Fuente: Hevia, Vergara-Lope, Velásquez-Durán y Calderón, 2022
En febrero de 2021, preocupados por los problemas previamente mencionados, decidimos crear Jóvenes ayudando a niñas y niños (JANN), un programa que busca aprovechar recursos existentes, como el requisito de servicio social de los estudiantes universitarios mexicanos, para apoyar a la educación de la infancia mexicana. Se trata de un programa gratuito de tutorías de matemáticas en línea para los grados de tercero de primaria a primero de secundaria. Arrancamos JANN en escuelas primarias de Baja California y Durango. Con el apoyo de ambos estados, lanzamos la convocatoria a estudiantes de educación superior —normalistas y universitarios— dispuestos a apoyar a la niñez con su tiempo y esfuerzo.
Debido a que cuando iniciamos la inscripción de estudiantes fue mayor que la inscripción de tutores, acompañamos el proyecto con un diseño experimental (semejante a los implementados por Esther Duflo, Abijit Banerjee y Michael Kremer en el ámbito del desarrollo, el cual les valió el Premio Nobel de Economía en 2019) para poder evaluar el impacto causal de las tutorías en los resultados de matemáticas. Para lograrlo, asignamos el programa de forma aleatoria a las escuelas inscritas (algunas recibieron las tutorías y otras no). Esto nos permitió identificar que el programa impacta en una mejora de 0.14 desviaciones estándar en el aprendizaje matemático de los niños con sólo 3 meses de tutorías. Como referencia, a lo largo de un año escolar regular, los estudiantes aprenden entre 0.15 y 0.21 desviaciones estándar. Los resultados que identificamos representan una mejora 200 % más alta en quienes participaron en el programa de tutoría, comparada con quienes no.
Aunado a la mejora en el desempeño de las y los participantes, realizamos entrevistas que revelaron que tanto las y los estudiantes, como sus familias y los tutores aprovecharon y percibieron mejoras gracias al programa; se crearon amistades y la mayoría de los niños reportó que extrañaría a su tutor al finalizar el programa. Desde entonces hemos expandido el proyecto y hemos cerrado convenios con más universidades. Nuestra matrícula de tutores ya supera los 1400, lo cual nos brinda la capacidad de atender a más de 15 000 niños. Al arrancar 2022, JANN cuenta con 9000 estudiantes y ha sido promovido por las secretarías de educación estatales en Aguascalientes, Yucatán y Sinaloa, así como otras instituciones educativas como Proeducación I. A. P., la red EDUCA, la red de Escuelas por la Tierra y Prepa In. El proyecto continúa con la intención de expandirse.
La gráfica 2 muestra que, en uno de los grupos, los estudiantes recibieron sólo dos horas de clases de matemáticas a la semana; en otra versión, los estudiantes recibieron una hora de clases de matemáticas así como una hora de actividades de educación socioemocional desarrolladas por Cimenna Chao. La gráfica contrasta con los resultados en desviaciones estándar respecto a los niños que no recibieron tutorías. Los intervalos de confianza se muestran a una significancia del 5 % y 10 %.
Gráfica 2
Fuente: elaboración propia
Al día de hoy, es incierto qué componentes de tutorías provocan aprendizaje en las niñas y los niños. Parte de nuestro trabajo y el de muchos investigadores de la educación es, precisamente, entenderlo. En nuestro equipo tenemos como objetivo responder esta pregunta a través de preguntas más pequeñas que respondemos usando encuestas y pruebas de desempeño. Hasta ahora, resultados preliminares parecen indicar que agregar componentes de actividades socioemocionales a las tutorías mejoró la relación entre las y los estudiantes y sus tutores, lo cuál se tradujo en más confianza de parte de los primeros para preguntarle al tutor dudas sobre temas de matemáticas. La gráfica 3 compara los grupos que recibieron clases de matemáticas y los que recibieron las clases de educación socioemocional; encontramos que los niños reportan un apego más fuerte al tutor en el tratamiento socioemocional sin afectar el aprendizaje matemático. Sin embargo, incluso sin estos componentes, las tutorías provocan aprendizaje, lo cual nos motiva a seguir entendiendo cómo los distintos aspectos de una clase ayudan a sus participantes.
Gráfica 3
Fuente: elaboración propia
¿Qué significa esto en términos de política pública? Que nos encontramos ante una enorme oportunidad. Los gobiernos pueden aprovechar los recursos existentes para apoyar a las y los estudiantes más rezagados. En el país abunda gente dispuesta a dar y recibir una mejor educación. La emergencia educativa que enfrentamos, agravada por la ausencia de evaluaciones nacionales que nos permitan tomar decisiones basadas en evidencia, requiere de un esfuerzo activo y coordinado, pero su solución es posible. El acceso a educación de calidad era desigual antes de la pandemia y ahora lo es aún más. Si se invierte en la recuperación del aprendizaje y se utiliza la tecnología de forma inteligente, es posible utilizar la experiencia de la pandemia como catalizador para mejorar la educación de todas las niñas y los niños.
Sebastián Guevara Cota
Maestro en política educativa por la Universidad de Stanford
Salomé Aguilar Llanes
Estudiante del doctorado en economía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT)
Bernardo García Bulle Bueno
Estudiante del doctorado en ingeniería en sistemas sociales en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT)
Ilustración: Víctor Solís
Fuente:
Una propuesta para atenuar el impacto de la pandemia en aprendizajes
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