Publicado: 18 julio 2022 a las 10:00 pm
Categorías: Artículos
Por Valentina Itandehui Sifuentes García
Hace aproximadamente un mes, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se pronunció por la eliminación del concurso de asignación de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems). Desde su perspectiva, el tipo de institución a la que ingresan los jóvenes al finalizar la secundaria no debería ser definido por un examen. Como propuesta, Sheinbaum sugirió que los jóvenes deberían elegir la institución educativa en la que continuarán su trayectoria escolar con base en la cercanía de su hogar.
Lo anterior pone sobre la mesa la discusión de temas importantes en materia de igualdad educativa e inclusión. A pesar de los beneficios de la aplicación de un solo examen de admisión para la educación media superior que integra a las instituciones públicas de la zona metropolitana, también han sido identificados efectos negativos en torno a la distribución equitativa de oportunidades. En este sentido, ¿eliminar el concurso de la Comipems y elegir la institución educativa con base en la cercanía de la casa ayudaría a contrarrestar estos efectos? Este artículo presenta un breve análisis al respecto.
Actualmente, el ingreso a las Instituciones de Educación Media Superior (IEMS) públicas en la zona metropolitana de Ciudad de México es regulado por la Comipems. La Comisión integra a nueve IEMS que ofrecen servicios educativos en Ciudad de México y 22 municipios conurbados del Estado de México: Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Instituto Politécnico Nacional (IPN), Colegio de Bachilleres (Colbach), Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), Dirección General de Bachillerato (DGB), Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGETA), Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI), Secretaría de Educación del Estado de México y Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Antes de la creación de esta Comisión, las nueve instituciones públicas que la integran llevaban a cabo sus respectivos concursos de ingreso de manera independiente. Esta situación promovía un desacoplamiento entre la oferta disponible y la demanda, así como pago de varias cuotas de examen, fechas de exámenes que se empalmaban, asignación de varios lugares a un mismo aspirante, y saturación de ciertos planteles mientras que otros permanecían con espacios disponibles.
Frente a estas problemáticas, en febrero de 1996, las IEMS públicas y las autoridades educativas federales y del Estado de México acordaron convocar de manera conjunta un solo concurso anual de selección basado en un examen único: un solo registro de concursantes y la asignación a los planteles de acuerdo con los resultados de dicho examen y las preferencias de los concursantes. De esta manera, la Comipems se estableció como el dispositivo institucional para dar orden y eficiencia al proceso de ingreso a la EMS en la ZMVM en las instituciones públicas.
El concurso de ingreso de la Comipems se compone de tres etapas. La primera consiste en la inscripción al concurso a través de una solicitud en la que los aspirantes pueden colocar de manera jerárquica hasta veinte opciones educativas de acuerdo a su preferencia. En la segunda etapa, los estudiantes presentan un examen de conocimientos de 128 reactivos, y son ordenados con base en su desempeño. Durante la última etapa se lleva a cabo la asignación de lugares a través de tres criterios: el puntaje obtenido en el examen, la selección y orden de las preferencias de los y las estudiantes, y el cupo disponible en cada plantel educativo.
El examen utilizado por la Comipems es elaborado y evaluado por el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval), con excepción del que es aplicado a los aspirantes que eligen alguno de los planteles pertenecientes a la UNAM como primera opción, en cuyo caso el examen es diseñado y evaluado por esta institución. La aplicación de estos exámenes supone la garantía de un contexto de igualdad de condiciones para el acceso a la EMS, ya que el proceso de asignación de lugares es simultáneo, transparente, equitativo y con base en el mérito individual, según lo refiere la Comisión. No obstante, la investigación empírica apunta a que este mecanismo de selección en realidad contribuye a la persistencia de las desigualdades educativas.
A primera vista podría argumentarse que los y las estudiantes provenientes de orígenes sociales más humildes se encontrarán en desigualdad de oportunidades frente a quienes vienen de orígenes sociales con mayores recursos económicos y educativos en el momento de la realización del examen, ya que los segundos probablemente obtengan un mayor puntaje. Aunado a esto, datos de la UNAM permiten observar que los estudiantes asignados por el concurso de Comipems provienen cada vez más de escuelas privadas, lo que puede estar asociado a una estrategia que consiste en apostar a la calidad de escuelas privadas durante la educación básica, pero ingresar a IEMS públicas para obtener los beneficios que éstas brindan en el ingreso a la educación superior. Lo anterior implicaría un acaparamiento de los espacios por parte de los hijos de familias con mayores ventajas sociales.
Sin embargo, la desigualdad de oportunidades no sólo es una cuestión de desempeño en el examen. De acuerdo con un estudio, la transición a la EMS a través del concurso de selección de la Comipems ocurre en cuatro etapas: la decisión de participar o no en el concurso; la elección y jerarquización de una a veinte opciones educativas; la asignación del plantel con base en los resultados del examen, y la decisión de ingresar o no al plantel asignado. Los resultados en cada una de estas fases están fuertemente asociados a los orígenes sociales familiares, los antecedentes institucionales, la trayectoria educativa y las expectativas de continuidad escolar.
Por ejemplo, inscribirse al concurso de selección puede responder a la necesidad de recurrir al sistema público debido a una cuestión de recursos económicos. Asimismo, variables como reprobación de cursos, extraedad y carencia de aspiración a realizar estudios superiores también disminuyen la probabilidad de inscripción al examen de la Comipems. Otro estudio encontró que cuando las familias de origen cuentan con mayores niveles económicos y culturales, mayores son las probabilidades de que los hijos elijan instituciones que ofrecen mayores probabilidades de ingreso a la educación superior (UNAM e IPN). Por el contrario, mientras menores sean estos niveles, los estudiantes tienen mayores probabilidades de elegir el resto de las instituciones de EMS.
Frente a este escenario, ¿la propuesta de ingresar a las IEMS sin exámenes ayuda a equilibrar las desigualdades de origen?, ¿elegir la escuela de acuerdo con la cercanía de la casa contribuye a la igualdad de oportunidades? Sí y no. Por un lado, garantizar el ingreso a la EMS es un derecho, por lo que los exámenes son mecanismos que interfieren en ese derecho. Por otra parte, la implementación de estrategias para disminuir las desigualdades educativas asociadas al origen en un sistema educativo altamente estratificado —como en la ZMVM— requiere más que la simple eliminación de exámenes estandarizados.
Aunque se ha encontrado que los apoyos económicos, como becas, pueden tener un impacto positivo, la continuación de los estudios no es sólo un problema de recursos económicos, sino también de calidad de la oferta educativa. Los estudiantes conocen las ventajas asociadas a las diferentes instituciones y concentran sus preferencias en aquellas que son consideradas como IEMS públicas de prestigio. Si bien es imposible que todas y todos los estudiantes que desean ingresar a lEMS de la UNAM y el IPN sean aceptados debido a la disponibilidad de espacios, resulta necesario implementar mecanismos diseñados para balancear el ingreso por estrato social. Es decir, que aquellos con mayores ventajas no acaparen los espacios con mayores ventajas.
Además, es fundamental un programa de compensación de las instituciones educativas en todos sus niveles, con el objetivo de disminuir las enormes diferencias de calidad entre las escuelas. Al respecto, escoger la escuela en función de la cercanía geográfica podría acrecentar la desigualdad, ya que se ha identificado una correlación entre la calidad de la IEMS y el índice de desarrollo social de la zona donde se ubican; ello significaría que las escuelas con mayores ventajas se encuentran en zonas donde habitan familias con mayores ventajas económicas y viceversa.
Por tanto, la propuesta de eliminar el examen de asignación de la Comipems no solucionaría, por sí misma, la desigualdad educativa en la capital del país, pero abre la puerta a un debate necesario. Una de las primeras sugerencias sería generar programas de estudio que respondan a las diferentes necesidades y expectativas de los estudiantes desde sus condiciones, y que permitan una diversidad de ofertas de calidad que incluyan a las y los jóvenes que desean continuar sus estudios.
*Profesora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y en la Universidad del Valle de México
Fuente:
¿Eliminar el examen de la Comipems solucionaría la desigualdad educativa capitalina?
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