España: Educación, cuestión de estado
España/13 de febrero de 2023/ Por Gómez-Fontecha/ Fuente: https://elgeneracionalpost.com/
La educación no ha dejado de ser un objeto de debate en nuestro país. Un pacto nacional por la educación es urgente para el asegurar el futuro.
El sistema educativo en España siempre ha sido objeto de manoseo por parte de los partidos políticos que han gobernado en este país en democracia. Todos los gobiernos, sin excepción, cambiando de ley cada cuatro u ocho años han ido progresivamente degradando el que posiblemente sea la fuente de riqueza más importante de un país, hasta dejarla en un momento realmente crítico.
Un punto donde se ha vuelto absolutamente necesario e imprescindible que la educación vuelva a situarse en el centro de la vida pública española sino se pretende que las futuras generaciones, esas que tendrán que afrontar los retos nacionales e internacionales tan importantes como el cambio climático, no tengan la capacidad, voluntad y conocimientos para enfrentarlos.
Y para ello resulta fundamental abandonar el partidismo, los regionalismos y los nacionalismos identitarios y centrarse en resolver los problemas estructurales graves que tiene la educación actual.
Porque resulta incomprensible tener diecisiete modelos de selectividad diferentes y no una única para todo el mundo; resulta bochornoso y lamentable que algunos continúen jugando con la idea de marginar o quitar algo tan vital como la filosofía de las aulas, porque es indecente que la música no sea algo básico y troncal que no debe abandonarse a su suerte y porque resulta inédito que, como decía Alfredo Pérez Rubalcaba, el sistema continúe formando excelentes funcionarios y no luche por que cada vez más adolescentes quieran ser empresarios.
El Estado no se puede conformar con reducir unas cifras y tener los números en verde, es necesario poner todo en evaluación de nuevo- nunca mejor dicho- y empezar a diseñar un modelo que permita que las siguientes generaciones sean las mejores formadas en toda la historia de la democracia y no lo que sucede actualmente, que es que cada año, el nivel cultural, educativo y de competencias exigidas a los alumnos sea cada vez menor.
Y es que algo tan básico como saber hablar bien en público, hacer o rellenar una factura, saber cómo resolver un trámite administrativo o saber redactar correctamente un escrito, un correo electrónico o simplemente un texto en un examen, son aspectos que hoy muchos estudiantes, incluso en etapa universitaria, o desconocen o no logran realizarlo con soltura, confianza y de manera correcta. Y no es cuestión de ser perfecto, las imperfecciones gobiernan el mundo afortunadamente -ser brillantes en todo resultaría muy aburrido y monótono- es simplemente sentido común.
Seguir reduciendo el nivel académico es esconder la basura debajo de la alfombra, es maquillar la realidad para que el discurso suene bien ante la opinión pública y ante el mundo. España se merece una educación a la altura, exigente y a la vez innovadora que permita a los alumnos poder desarrollarse y adentrarse en el mundo laboral con las mejores herramientas y las máximas opciones y posibilidades posibles.
Por ello, hoy es más necesario que nunca aprobar ese pacto nacional por la educación que pueda mantenerse durante décadas y que permita, por primera vez en democracia, avanzar y progresar hacia un país y una educación mejores.
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