“Material de construcción”, la obra que reconcilia a Eider Rodríguez con su padre alcohólico

Publicado: 24 febrero 2023 a las 6:00 am

Categorías: Literatura

Por: Cristina Bazán | Guayaquil 

Escribir nunca había sido tan fácil y a la vez tan complejo para la autora vasca Eider Rodriguez, quien desnuda su alma en su primera novela  “Material de construcción”, un texto autobiográfico en el que relata cómo el alcoholismo de su padre vertebró las relaciones familiares y le abrió espacio al silencio y la vergüenza.

La editora, traductora y cuentista, que ha sido galardonada con el premio 111 Akademia por esta, su primera novela, y también ha recibido el premio Euskadi de Literatura y Euskadi de Plata por su libro de relatos Bihotz handiegia (Un corazón demasiado grande), explica en una entrevista con Efeminista que “Material de Construcción” le ha permitido hacer un repaso de cómo se fue construyendo su identidad en medio de esta dura cotidianidad y darse cuenta del amor que sentía hacia su padre.

“Este libro ha sido ponerme frente a él, mirarle por primera vez, sostenerle la mirada, o hacer que me sostuviese la mirada y mirarle firmemente, y hablar. Me ha servido para iluminar un montón de zonas que no es que estuviesen a oscuras, es que no sabía ni que existían. Y en ese sentido ha sido muy placentero, porque ha sido un viaje de turismo interior”, señala.

Rodríguez afirma que las ganas de escribir esta historia sobre la relación con su padre fallecido se le interpusieron entre el proceso de crear nuevos cuentos, así que no pudo ignorarlas.

“Hay cosas que necesito escribirlas para entenderlas, para acercarme o alejarme más. Lo hablé con mi editora y me dijo “hazlo” y fue una palabra mágica que de alguna manera abrió una puerta, que fue la de darme permiso para escribir acerca de esto”, asegura.

A partir de ese momento, “Material de construcción” (Random house, 2023) “salió a borbotones”. “Fluyó, quería ser contada. Es como si la hubiese llevado escrita y estaba tirando de un hilo y salía y salía y salía”.

“Para mí fue quitar un tapón y que saliesen todas esas palabras de manera caótica a través del silencio también, con olvidos entre medias, en forma de diferentes materiales. Fue totalmente liberador”, dice.

“Material de construcción”, de Eider Rodríguez

En la novela, Eider, la narradora, tiene cuarenta y un años cuando su padre sufre un primer ictus y ella siente la necesidad de romper por fin un largo silencio. Necesitaba saber qué había pasado con su padre antes de ser borracho, en un intento de “ordenar el desorden” que era su vida.

Desde que tiene recuerdos, Eider, la protagonista, y su madre vivieron una violencia psicológica poco perceptible producto del alcoholismo del padre que con el tiempo terminó por hartarlas.

“Quiero que os divorciéis – ¡Ja! – Dice mamá – ¡Ja, ja ja! ¿Acaso crees que yo no? ¡Qué lista la niña! -“, se relata en el libro. Llevaba mucho tiempo pensándolo, pero el silencio autoimpuesto para evitar demostrar sentimientos le había impedido decirlo.

Entonces ambas deciden ignorar lo más posible esa realidad, aunque conviven incómodamente con ella cada vez que el padre y esposo vuelve a casa cualquier día, de cualquier lado, con cualquier excusa, tratando de disimular la borrachera y el olor a alcohol que emanaba su cuerpo.

La vergüenza que ocasionaría que otras personas lo vieran así por no poder mantener el secreto bajo esas paredes es mucho mayor para ellas. Y aunque muchas veces no puede ni articular una palabra, la familia sigue estando bajo el yugo del poder patriarcal.

“Se cuenta una relación destruida por el alcohol, el dolor, el daño que se está autoinfligiendo el padre, pero también el daño que se está autoinfligiendo la hija obligándose a estar callada para castigar a sus padres, no mostrándoles ningún tipo de sentimiento. Todo eso ha brotado”, dice Rodríguez.

Portada del libro “Material de construcción” de Eider Rodríguez.

La sociedad habla poco del alcoholismo

La autora afirma también que ha echado de menos que la sociedad no haya hablado más del alcoholismo y el daño que hace cuando no hay violencia física de por medio, como sí ha sucedido en el caso de otras drogas.

“Es un problema que afecta a toda la sociedad. Genera muchísima vergüenza tener a un miembro de la familia o alguien muy cercano que bebe, porque como no es algo evidente. Cualquier persona puede hacer una vida casi funcional y, sin embargo, solo lo saben los más cercanos o se intuye”, señala.

“Echo de menos que no se haya hablado más sobre este tema y que la gente que lo padece, tanto a nivel individual como familiar pueda perder la vergüenza, pueda tener una red para hablar y pueda tener un andamio social en el que pueda colocar esta problemática”, agrega.

Traducir al español para cerrar el ciclo de duelo

Escribir este libro, pero sobre todo traducirlo del euskera al castellano, ha significado un cierre de ciclo del duelo por la muerte de su padre, afirma la autora.

“Siempre me he jactado de que para mí traducir era muy sencillo, pues soy bilingüe desde pequeñita. Pero en este caso, por el contenido del libro y también por el hecho de que mi padre no hablase euskera, sino en castellano, y yo me relacionarse con él en castellano, el hecho de tener que traducir los diálogos de unos personajes a una lengua en la que hablaban las personas en las que están basadas esos personajes fue duro”, recuerda.

Ese ejercicio, dice, le hacía perder la distancia del artificio literario. “En euskera funcionaba y auto traducirme diluía esta distancia. Yo digo que para mí cerrar el duelo ha sido la auto traducción”.

La novela ha sido muy bien recibida por las lectoras y lectores y los comentarios le han permitido darse cuenta que lo escrito es realmente una carta de amor hacia su padre y que poner en palabras estos sentimientos ha permitido que algo íntimo que se convirtiera en “algo colectivo”.

Fuente: https://efeminista.com/eider-rodriguez-material-construccion/

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