
“Las máquinas ya hablan nuestro lenguaje”
Por Armando G. Tejeda, corresponsal

Ruth Falquina, de la agencia de creatividad e inteligencia artificial Estado Latente, durante la conferencia ‘Inteligencia artificial para la industria de las ideas’, como parte del Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebra en Cádiz.
En el noveno Congreso Internacional de la Lengua Española había invitados de lo más variopintos: desde los académicos, los escritores o los periodistas que trabajan a diario con el idioma, hasta los científicos o los informáticos, que son los responsables de desarrollar el idioma en esos campos. De ahí que las ponencias que más interés generaron fueron aquéllas de los responsables de Microsoft, Amazon, Google, Twitter, Facebook o de plataformas que ya operan con herramientas similares a ChatGPT, Bart o LlaMA. Y todos ellos coincidieron en que estos programas o herramientas funcionarán y la sociedad les sacará el mayor provecho si se cumplen cuatro pilares vitales: los recursos necesarios para desarrollarlos, los datos de calidad, crear las infraestructuras necesarias para incorporar y procesar esos datos y, finalmente, el capital humano, ya que, afirman los expertos, “si no hay datos de calidad, la IA no funciona. Además, la IA no va a sustituir a las personas, más bien las personas que sepan utilizar la IA sí van a sustituir a las que no en sus puestos de trabajo”, según el diagnóstico del ingeniero catalán Pere Vila, director de Tecnología, Innovación y Sistemas de RTVE.
Origen y evolución
Según Carmen Torrijos, responsable de inteligencia artificial en la empresa Prodigioso Volcán, el origen de la IA se sitúa en 2010, cuando se incorporó a los sistemas de procesamiento de información el “aprendizaje automático”, con lo que la máquina desarrolló su propia capacidad para “pensar”. Sin embargo, no fue hasta 2018 que esos mismos modelos asumieron mecanismos de aprendizaje más precisos, siendo capaces de entender y deducir no sólo el lenguaje matemático, sino también el idioma. Un avance notable y crucial para el futuro de la lengua.
No obstante, el principal escollo es la cuestión del idioma, debido a que la mayoría de estos modelos fueron creados y desarrollados en inglés, si acaso hay algunos que son “multilingües”. “El competidor es el inglés y ahora la programación está dominada por este idioma, pero el español puede estar más presente. No es una cuestión de tiempo, sino de voluntad política: apostar más por construir estas tecnologías y no tanto en ser los consumidores”, explicó Antonio Vargas, representante de Amazon en el CILE.
En tanto, el director de IA de Microsoft, David Carmona, insistió en que resulta “fundamental que el español se una a la revolución de la IA para conseguir que sea una lengua de primera categoría y que se hable mejor en la tecnología”. Además, advirtió que “hemos pasado de razonar con un lenguaje de números a otro de lenguaje humano. Así, los entrenamientos ahora son con el lenguaje que se encuentra en Internet: desde libros hasta la Wikipedia, y pedimos también las cosas a las máquinas con palabras”, lo que ha supuesto un salto abismal en el desarrollo de estas tecnologías.
A esa idea se sumó Miguel Escassi, director de relaciones institucionales y políticas públicas de Google España y Portugal, quien advirtió que “la IA son algoritmos con modelos universales del español y, ahora mismo, ya no hay un problema tecnológico: más datos siempre ayudan, pero ahora con estos algoritmos se aprende al ser usados”.
Ruth Falquina, una creativa gaditana que dirige la empresa Estado Latente, dedicada en exclusiva a desarrollar cuestiones de IA, añadió que ésta “no va a sustituir al ser humano, más bien la creatividad e inteligencia del ser humano va a hacer mejor a la máquina”.
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