A final del sexenio inicia cambio en educación superior
Por Raúl Jiménez Guillén
A final del sexenio se concretan avances que marcan el inicio del cambio en la planeación, evaluación y financiamiento de la educación superior. A nivel estatal, se aprueba la Ley General de Educación y se encuentra instalada la COEPES. Se nota la ausencia del Plan Estatal de Educación Superior.
La COEPES no encuentra el camino para diseñar un modelo diferente de evaluación. Los conceptos, categorías, parámetros y/o indicadores deben responder a criterios autoreferenciados de corte cuanti y cualitativo.
El mayor problema que enfrentan rectores y directores de las Universidades e Instituciones de Educación Superior (UIES) es ampliar la cobertura y la gratuidad. Porque parte significativa de sus recursos llegan por la vía de inscripciones y colegiaturas.
Una alternativa es ofrecer de manera ordenada la oferta educativa de todas las UIES y ofrecer los espacios de cada uno, evitando duplicidades. Lo que les permite fácilmente cumplir con esta demanda.
La Constitución determina que estas exigencias se concreten en un marco de “universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad”. Pero como ocurre en un país donde los estados libres y soberanos solo existen en el papel. Las instancias locales replican lo que se hace a nivel federal.
Falta elaborar el Plan Estatal de Educación Superior, el sistema de información, y los nuevos criterios para la evaluación y acreditación. Que dejen atrás los comparativos interinstitucionales para concentrarse en la mejora continua.
Los ejes de la transformación de la educación superior
Una primera condición para la construcción del nuevo rostro de la educación superior está determinada por la evaluación, planeación y financiamiento. Solo “con fines diagnósticos para contribuir al proceso de mejora continua de la educación y no tendrán carácter punitivo”.
En 2020, se aprueba el programa sectorial de educación 2020. En el discurso se refiere un programa para la transformación de la educación superior. Se localizan solamente los “ejes para la transformación de la educación superior en México”. En él se destaca que “A nivel nacional la tasa de cobertura de la educación superior es del 25.2 por ciento”. Y, se “plantea un gran énfasis en el incremento de la cobertura en educación superior con excelencia académica”. Alcanzar una tasa bruta del 50 por ciento.
El eje 1, tiene como meta: Establecer un compromiso nacional de responsabilidad social de la educación superior. El 2. Programas regionales de formación docente, aumento del 7 al 10 por ciento la matrícula de posgrado y el sistema nacional de evaluación y acreditación de la Educación Superior.
Para el eje 3. Lograr una tasa de cobertura de 34 por ciento de los jóvenes provenientes de hogares más pobres y 100 unidades del sistema universitario “Benito Juárez García”. El eje 4. Actualizar legislación de educación superior, crear el espacio común de educación superior y el sistema integral de información de la educación superior. Y, el eje 5: Presupuesto público para educación superior del uno por ciento del PIB y un nuevo modelo de asignación con responsabilidad financiera.
Antes que el viento fuera mar volcado
Como dice el poema de Chumacero: “Antes que el viento fuera mar volcado … antes, antes, muy antes” de aprobarse la Ley Estatal de Educación Superior se rescata la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior (COEPES) para “desarrollar procesos sistemáticos e integrales de planeación y evaluación de carácter interno y externo de los procesos y resultados de sus funciones sustantivas y de gestión, incluidas las condiciones de operación de sus programas académicos, para la mejora continua de la educación y el máximo logro de aprendizaje de las y los estudiantes”.
Para ello hay dos condiciones; un Plan Estatal de Educación Superior y un marco de referencia para la evaluación. Que en Tlaxcala no existen. Hacen ejercicios escolares pero repiten lo hecho por Comités interinstitucional para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES) y el Consejo para la acreditación de la Educación Superior (COPAES).
La incapacidad de operación de la COEPES, se produce por la falta de convergencia entre los marcos normativos; por ejemplo, las normales y la Pedagógica Nacional, son regulados a nivel central por la SEP, lo mismo ocurre con los tecnológicos que pertenecen al Tecnológico Nacional de México, y no se diga con la Universidad Autónoma por ley.
La dificultad de pensar de otra forma
A fines de enero de 2023 se reúnen en Tlaxcala, las COEPES del país e informan que “se ha avanzado” en la revisión y adecuación de la “naturaleza jurídica”. Porque se envía a las legislaturas locales “propuesta de ley marco de educación superior para las entidades federativas”. Se han realizado procesos de consulta y foros regionales.
La mayor discución se concentra en la gratuidad y obligatoriedad, el otorgamiento de los reconocimientos de validez oficial a las instituciones particulares, la diversificación de la oferta educativa, y la vinculación con los objetivos de desarrollo sostenible y agenda 2030.
La comisión para elaborar el Programa Nacional de Educación Superior diseña la visión prospectiva para el periodo 2024.2042 y los objetivos, estrategias, líneas de acción, y metas para el periodo 2022-2024.
Con relación al Sistema para la Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (SEAES), 2023 es año de arranque en la instrumentación con la sensibilización e implementación del diseño que tiene como referente cada una de las instituciones. Deja fuera todo que tenga que ver con rankings.
La primera convocatoria del SAES se lanzará en junio, una vez que se den a conocer los lineamientos de reconocimiento de los organismos acreditadores.
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