La pedagogía ausente
Por Alfonso Araujo
Los nuevos libros de texto para primaria y secundaria —creados sin consenso ni transparencia— están siendo ampliamente escudriñados por expertos y por la sociedad en general. Se les acusa de ser altamente ideologizados (de lo que ya hablé aquí) y de presentar muchos errores tanto conceptuales como específicos. Todo eso es cierto, pero hay un problema más fundamental en el que me quiero enfocar: el aspecto de su efectividad pedagógica.
Y en pocas palabras: ese aspecto prácticamente no existe. Esto es, los libros de texto no son tales, no cumplen con su función.
Aunque los libros tienen muchas imprecisiones, vaguedades y otros fallos, el principal problema no es ese, sino que habiendo sido creados por gente inexperta, no están pensados para enseñar en un aula. Son libros, como miles que hay, que pueden ser usados como complemento de lectura porque son simplemente una interesante colección de notas informativas de muchos temas. Crear este tipo de miscelánea cultural tiene su arte y una enorme cantidad de escuelas y familias los compran para enriquecer la experiencia educativa, desde Dora la exploradora mostrando cómo leer mapas hasta versiones ilustradas para niños de clásicos de la literatura. Pero crear libros para su uso formal en el salón de clase y siguiendo un programa establecido, es un tema totalmente distinto para el cual necesariamente se requieren especialistas.
Empecemos por ver lo que deberían ser. Para crear libros que se puedan usar en el aula y que respondan a un plan general de educación se requieren varias cosas en su planeación y en su ejecución.
Planeación: visión, objetivos y estructura
La visión es el enfoque general que se le quiere dar a un libro. Si la visión es promover el sentimiento de solidaridad social, los ejemplos tanto de español, como de matemáticas y de ciencias, estarán enmarcados en situaciones que evoquen este tema. De todas las cosas que los libros requieren, ésta es la única que sí está presente en los nuevos libros de texto: hay una constante referencia a “la comunidad”, “la comunicación” y otros temas que son bandera de esta administración. Desafortunadamente, este marco ideológico no sirve de nada sin el resto de los ingredientes.
Los objetivos y la estructura, que se refieren a qué se quiere enseñar y con qué orden, están ausentes. Consideremos el libro de matemáticas de primer grado usado hasta 2022 . Éste es su índice:
Los objetivos son claros: se verán los temas de figuras geométricas, medidas (tiempo, longitud y peso), y sumas y restas. La estructura es también clara: empezando porque está delimitado temáticamente a matemáticas, y siguiendo con que hay tres bloques en los que se van presentando los temas mencionados, con cada vez más detalle.
El primer problema es la forma en que se aterrizó la estructuración de los libros por campos formativos; como se sabe, antes estaba organizado por materias (español, matemáticas y ciencias naturales) y ahora pasó a repartirse de forma completamente aleatoria en dos libros de Múltiples Lenguajes y Nuestros Saberes (NS). Aquí está un fragmento del índice del segundo:
El libro arranca con una lección de la técnica de stop motion para video, pasando luego por temas como los emojis, los olores, las emociones, el sistema Braille, los recursos naturales, la diversidad lingüística y la resolución de conflictos. De las más de 230 páginas se dedican diez ideas de matemáticas, pero perdidas en esta selva de temas y presentadas de forma desarticulada y no acumulativa.
De modo que no hay un objetivo claro de aprendizaje y la estructura está por completo ausente: esto no lo puede usar una maestra o maestro para impartir clase de idioma ni de matemáticas, que son temas altamente estructurados y requieren de un plan incremental para ir presentando conocimientos y elaborando sobre ellos.
Pero la cosa no acaba aquí, porque si la planeación es inexistente, la ejecución es absurda.
Ejecución: conceptos, vocabulario, ejemplos y práctica
En cualquier tema nuevo se presenta primero el concepto general y luego se va elaborando. Digamos que queremos presentar la suma y la resta: se introduce primero con conceptos preexistentes como “poner” y “quitar”, y luego se presentan los términos formales: suma o adición, resta o sustracción. Además, se van relacionando con otras ideas sencillas: contar, comparar, agrupar, ordenar… y todo esto con constantes ejemplos resueltos y con problemas para practicar. Así en el libro de 2022:
Este andamiaje de ideas y ejercicios va creando una estructura mental en la que los conceptos van interactuando y tomando sentido en ese contexto que se llama matemáticas.
En los libros nuevos se presentan los conceptos de forma abrupta e inconexa hacia atrás y hacia adelante. Por ejemplo, la sección de tres páginas de figuras geométricas (pp. 17-19) va inmediatamente después de la de “Animales y plantas” y es luego seguida por la de “Autoridades”, para no ser mencionada más. Aquí un extracto:
Las únicas otras dos menciones de figuras geométricas se encuentran en el libro de Múltiples lenguajes, en una sección llamada “La escuela de las figuras geométricas” (pp. 122-125) pero se refiere a un pobre círculo al que los rectángulos no lo querían; y brevemente en el libro de Proyectos escolares (pp. 217-220) en el que hay que construir un comedero para aves.
Las sumas y restas corren peor suerte aún, porque tan sólo se les dedican dos páginas (NS, pp. 20-21):
Y una de ellas lo único que dice es que hay que escanear un código QR para aprender en casa con un video:
Las otras pocas menciones de temas matemáticos en los libros de primer grado están en el de Múltiples lenguajes: en “Historia de los números” (pp. 40-43) hay una breve introducción al origen de los números y cómo se representan en otros sistemas, que está insertado entre un juego de palabras y un artículo acerca de flores y Van Gogh.
Otro texto —que tampoco se puede llamar lección— es “A contar se ha dicho” (pp. 152-153) en donde hay tres problemas, planteados inmediatamente después de un capítulo acerca de los diferentes tipos de familias y seguido por una presentación del didgeridoo australiano.
Uno de estos problemas ha sido ampliamente comentado debido a su redacción ambigua:
En la que no es claro si una huella de “Tor” equivale a una huella de “Din”, o si equivale a una huella de “Din” más dos huellas de “Zac”.
Esto puede ser clarificado por el maestro, desde luego, pero este ejemplo es una muestra del desaseo general de la presentación de temas y la absoluta falta de estructura didáctica: sin orden y sin conceptos preliminares que preparen para este ejercicio, sin ejemplos resueltos, sin espacio para contestar y sin respuestas para revisar.
Como señalé al comienzo, estos no son libros de texto para uso en aulas, sino misceláneas de cultura que pueden usarse como complemento.
En cualquier lugar del mundo, el estudio del idioma y de las matemáticas son los dos temas más importantes en enseñanza básica y por su naturaleza requieren, desde el principio, de una forma muy estructurada, bien planeada e incremental, para ser presentados, así como libros de ejercicios. Nada de eso está presente aquí: se ha optado por textos al azar, proyectos de clase y datos curiosos, muchos con conceptos y redacciones muy complejas.
Este último tema, muy grave también, me ocupará en la siguiente sección: ni el nivel de lenguaje ni los temas son adecuados al nivel de comprensión de lectura del alumno de primer grado.
Idioma y matemáticas: a los dos pilares más importantes en enseñanza básica se les da una forma de arranque caótica y francamente irresponsable, producto de la evidente impericia de los creadores de estos libros.
El lenguaje mal usado
Encuentro otro problema grave: la desconexión escandalosa entre el lenguaje que usan, así como el nivel de los conceptos que presentan, con el nivel de comprensión de lectura de los alumnos. Para esto me enfocaré en ejemplos de los libros de Nuestros saberes (NS) y Múltiples lenguajes (ML) de primer grado de primaria, contrastándolos con los libros de Lengua materna. Español y Lengua materna. Español lecturas usados hasta 2022.
He aquí los primeros dos textos del libro de Lecturas de 2022:
Y aquí las dos primeras lecciones del libro de español de 2022:
Son exactamente lo que cabría esperar para primer grado: textos cortos, vocabulario básico (la única palabra que sería nueva es “inmóvil”), y ejercicios sencillos: escribir nombres y oficios.
Ahora, aquí está la primera lección de Múltiples lenguajes, “Alebrijes”:
El vocabulario y la redacción son muchísimo más complejos, del nivel de una revista o periódico, y suponen una capacidad de lectura ya prácticamente desarrollada. El primer texto (que nunca son “lecciones” en el sentido didáctico) de Nuestros saberes es “Animaciones en volumen”:
Stop motion, materiales moldeables, claymation, mecanismos robóticos, animatrónicos, objetos articulados: de nuevo, se está asumiendo un nivel de vocabulario y comprensión de lectura que está órdenes de magnitud por arriba de lo que se esperaría de un alumno de primer grado.
¿Qué va a hacer con esto el maestro? No hay una sección de “nuevo vocabulario” ni mucho menos hojas de ejercicios. Mientras que en los libros anteriores las palabras más complicadas eran cosas como “vagar”, “invisible” o “coloquial”, y todas las lecciones estaban acompañadas de ejercicios:
En la totalidad de las más de 500 páginas de estos dos libros, la redacción a menudo tiene este nivel:
Nuestros saberes, “Sensoramas táctiles”, p. 13:
Múltiples lenguajes, “Cuando los dientes se enferman”, p. 16:
Nuestros saberes, “Características del lenguaje cotidiano”, p. 29
Nuestros saberes, “Uso de emojis en la comunicación”, p. 41:
Nuestros saberes, “El color”, p. 44:
Esta última es realmente sorprendente, incluyendo palabras complejas como luminosidad, saturación y tonalidad, y conceptos físicos sofisticados como la absorción/reflejo de las longitudes de onda de la luz, para crear los colores que percibimos. Si bien la parte azul se supone que es para los papás, el concepto es muy avanzado y está explicado tan vagamente que difícilmente se puede entender si no se tiene conocimiento previo de este fenómeno físico.
Incluso hay cosas tan absurdas como una canción en lengua seri:
Múltiples lenguajes, “Hant ihyaao iiya”, p. 60
Por supuesto, todos estos temas son muy interesantes: animación, bacterias, pictogramas, luz y lenguas indígenas. Pero para enseñarlos se necesita bases mínimas conceptuales y sobre todo de vocabulario y comprensión lectora. La canción seri seguramente es muy hermosa, pero en ese texto no hay nada que nos indique siquiera cuál es la correspondencia entre las palabras. Algo mucho más didáctico sería mostrar una tabla de cómo se cuenta del uno al cinco en diferentes lenguas indígenas, por ejemplo.
Los problemas que ejemplifico aquí se repiten a todo lo largo de los libros, incluyendo los de Proyectos de Aula, Proyectos Escolares y Proyectos en Comunidad: el nivel de redacción es sumamente avanzado para niños de primer grado e incluyen ideas que conceptualmente también son sofisticadas y para las cuales se necesita explicación básica, de lo que no hay nada. De modo que, además del grave problema de ausencia de orden y estructura mencionado antes, tenemos que añadir el igualmente grave de una presentación no acorde al nivel del alumno promedio.
La honrosa excepción en todo esto es el libro de Múltiples Lenguajes: Trazos y Palabras, que es de hecho muy bueno y es tan diferente de los otros que parece haber sido hecho por un equipo totalmente diferente. El libro tiene casi 100 páginas y está compuesto de ejercicios, casi todos de palabras y lenguaje, todo con redacción y vocabulario mucho más acorde a un nivel de primer grado y con un diseño atractivo:
Algunos de los textos son largos pero el vocabulario sigue siendo accesible:
Las matemáticas, sin embargo, siguen ausentes con tan sólo seis páginas dedicadas en total: las primeras cuatro páginas presentan tres ejercicios de comparación y ordenamiento de números, y un ejercicio de sumas (pp. 32-35):
Y en las otras dos hay una brevísima introducción a los números 1 y 2, y los símbolos de suma e igualdad (pp. 86-87):
En general este es el libro más encomiable de la colección de primer grado, porque está hecho casi en su totalidad de ejercicios, aunque como vimos, las matemáticas siguen relegadas: casi por completo ausentes.
Estos resultados, tan desiguales en la adecuación del nivel del texto al nivel del alumno, son muestra de no haber ocupado a especialistas para su creación y de una falta muy importante en la coordinación y revisión: esto es, una falta de integración técnica.
En la última parte de este artículo abordaré dos ejemplos de errores específicos, que muestran con claridad las faltas generales de los libros.
Aprender por arte de magia
Presentaré dos ejemplos de los nuevos libros de texto, que me parecen emblemáticos de los dos problemas que ya he mencionado antes (falta de estructuración, niveles inadecuados), así como del tipo de errores a los que lleva tanto el uso de gente inexperta, como la ausencia de revisión final. Ambos ejemplos están tomados de los libros de primer grado.
Primero, en el libro de Múltiples Lenguajes, en la sección —y reitero que no puedo usar la palabra “lección”— de “Partituras musicales” (pp. 56-60):
El texto está insertado entre un cuento acerca de una planta carnívora que era vegetariana y otro donde un cacomixtle explica sus características.
Los errores son:
- La partitura no es un lenguaje, ese sería la notación musical.
- “Las notas dan sentido a una pieza musical” es una frase muy extraña. En todo caso, las notas forman una pieza musical.
- Las notas Re, Fa, La y la segunda nota Do están mal escritas, con una línea atravesándolas. Supongo es resultado de un copy-paste hecho por un diseñador que no sabe de notación musical:
Mientras que otro diseñador sí las puso bien en el libro de Nuestros Saberes (“Características de las canciones”, p. 36):
De nuevo, la redacción es un problema en ésta última: es de un nivel de comprensión lectora mucho más madura que de primer grado. Pero aquí viene la parte más sorprendente: tras haber mostrado lo que son las siete notas de la escala musical, el texto dice entusiasmado: “¡Intenta leer las siguientes notas!” y presenta nada menos que esto:
Una pieza en clave de Sol bemol (o sea que todas las notas que aparecen excepto Fa, se cantan en bemol en lugar de natural), escrita para tres voces, con notaciones de dinámicas, ligaduras de expresión y, por qué no, en la lengua tojolabal hablada en Chiapas. El salto de la página anterior a ésta es francamente surrealista. Dos páginas más adelante, la cosa no mejora con una canción en lengua seri, también a tres voces y ahora incluyendo compases con tiempos exóticos (9/8) y una melodía compleja, nada de lo cual se explica en ninguna parte:
El segundo ejemplo es uno de matemáticas, en el libro Múltiples lenguajes, “A contar se ha dicho” (pp. 152). De lo poquísimo que hay en todos los libros de primaria, y encontramos de nuevo un ejemplo que no es precisamente básico:
Este es un problema clásico, que de hecho se llama “Problema de pollos y conejos” (The Chicken and Rabbit Problem). Es una forma de problema que se puede resolver por medio de ecuaciones simultáneas (álgebra), por tablas de valores o por deducción lógica. No es excesivamente complicado, pero normalmente se presenta en tercer grado porque, como todas las cosas, requiere de ciertas bases mínimas.
Este problema en particular se puede resolver por tanteo por usar números tan pequeños, pero de igual forma que otros textos que he mencionado, está presentado de forma inconexa con lo que debería ser el resto del pensamiento matemático que debería contextualizarlo. En mitad de “Familias extraordinarias” y “Las termitas y el didgeridoo”, no hay preparación ni estructura, ni ninguna otra cosa que permita aproximarse a este problema, como no sea como una curiosidad.
Conclusiones
Hemos echado un breve vistazo a los nuevos libros de primer grado y encontrado graves, muy graves problemas en ellos: ausencia total de estructura didáctica, temas presentados de forma incompleta, en niveles inadecuados, con vocabulario y gramática excesivamente compleja, y además con errores de todo tipo. Como mencioné al principio de este artículo, estos no son libros de texto que pertenezcan al aula (con excepción de Múltiples Lenguajes: Trazos y Palabras), sino libros con colecciones de datos que pudieran usarse como complemento de lectura.
Es urgente que se tomen medidas en relación con estos libros, so pena de que las maestras y los maestros se encuentren frustrados y empantanados con materiales inadecuados para la enseñanza y sus alumnos y alumnas sin poder aprovechar las clases. Quizá la mejor opción que tenemos ahora mismo es volver a usar los libros del ciclo escolar anterior como libros de texto y dejar los nuevos como material extra.
La enseñanza no se da por arte de magia como parecen pensar las y los creadores de estos libros, sino con un trabajo muy meticuloso, paciente y —sobre todo— estructurado.
Ilustración: David Peón
Alfonso Araujo
Director del Centro México-China en Hangzhou. Conferencista en cooperación internacional, y tecnología. Divulgador de la ciencia y las matemáticas.
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